Albert Camus:“Fue asombroso que muchos hombres que entraron en la resistencia no fueran patriotas de profesión.
Pero el patriotismo, en primer lugar, no es una profesión.
Es una manera de amar a la patria que consiste en no quererla injusta... y en decírselo”.

domingo, 9 de septiembre de 2012

JOSÉ MIGUEL CARRERA





































Las palabras están cargadas de sentimientos. 
Honor, palabra muy vieja derivada del latín, palabra que desempeñó gran papel durante la Edad Media, palabra que ha traducido con fuerzas los sentimientos de los hombres de la Edad Media durante años.
Patria, palabra mucho más reciente, palabra de formación sabia, palabra del siglo XVI, que no empezó a tomar su verdadero sentido lentamente entre las élites; que durante mucho tiempo conservó un carácter de palabra de sabios… Y que sólo adquirió un sentido más fuerte, más rico, más extenso en el siglo XIX, al apoyarse en la realidad de la nación. (Lucien Fevbre, Lección II, Collage de France, 1945-1946)

"El general don José Miguel Carrera era un hombre de estatura más que regular, delgado de cuerpo, color blanco, de mirar tierno y penetrante, nariz grande, tenía la boca casi siempre entreabierta, al hablar mostraba sus blancos y bien conservados dientes, algo grandes; en su frente espaciosa y elevada se notaba a ambos lados dos prominencias pronunciadas y la cabeza desde allí se elevaba como un globo; un observador inteligente que hubiese conocido el sistema del doctor Gall, hubiese podido estudiar en aquella cabeza, que revelaba tanta inteligencia, y en efecto, ese hombre era una de las capacidades de América. Poseía en grado superior el don de la palabra, el don de gente y una seducción irresistible, no se podía hablar cuatro minutos con el general Carrera sin ser su amigo. Hasta su voz era notable, daba a sus palabras una entonación metálica que parecía una campana. Con el tiempo, mientras más traté a ese hombre, más lo admiré, llegué a tomarle fraternal afecto, sobre todo cuando fue desgraciado". 
(Manuel Pueyrredón, nieto del general Juan Martín Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias del Plata)

José Miguel Carrera, es el Padre de la Patria Republicana,  militar profesional. Como presidente de la junta de gobierno y durante su mandato (4 de septiembre de 1811 a 1813) impulsó numerosas obras de adelanto para la nación; promulgó la primera Constitución Política, ("Reglamento Constitucional de 1812), la cual daba a Chile su "Imperium", o sea, la facultad de nombrar y ser gobernado por las autoridades que libremente eligiera; el primer periódico nacional; dispuso que los monasterios tuvieran escuelas de hombres y mujeres; el Instituto Nacional; la formación de la Biblioteca Nacional; El primer diario La Aurora de Chile, el mejoramiento de los hospitales de Santiago, la creación de un Hospital Militar; la primera bandera y escudo nacional; se establecieron industrias de tejidos y el hermoseamiento de la Alameda de las Delicias.

El siguiente  texto es de Beatriz Bregoni, historiadora cordobesa. Lo comparto.

La figura de José Miguel Carrera ocupa un lugar controvertido tanto en la historiografía chilena como en la argentina. 

Ese lugar sin duda resulta tributario de una convulsionada vida política dirimida por los avatares de las revoluciones de independencia de los confines australes del antiguo imperio español, en la cual la fragilidad de sus éxitos y la contundencia de sus fracasos despliegan de forma traumática las vicisitudes a las cuales se enfrentan quienes se proponen asaltar el poder.

Nacido en la antigua capital del reino de Chile, en 1785, en el seno de linajes patricios, José Miguel había ensayado sus primeras armas en defensa del monarca legítimo en la Península y, como tantos otros americanos, emprendió el viaje de regreso a su patria para plegarse a la marea insurgente que envolvía a las principales ciudades de las posesiones españolas en América. 

Convertido luego en cabeza de la facción más radical del nuevo gobierno chileno, después de sofocado el foco revolucionario por las fuerzas realistas en Rancagua, José Miguel, junto a muchos otros, emprendió el camino del exilio a los territorios libres de las Provincias del Plata. 

Entre 1814 y 1821, el otrora caudillo de la revolución chilena quedó desplazado de la conducción de la guerra de independencia. En ese lapso, el personaje se incorporó de lleno en el escenario político del Río de la Plata a partir de alianzas inestables con el propósito de combatir el poder de los “tiranos” que obstruían su regreso al Chile ya independiente, representado por la conducción autocrática de Bernardo O’Higgins en Santiago,  Juan Martín de Pueyrredón en Buenos Aires y  José de San Martín en Cuyo. 

En medio de una enredada trama de conspiraciones urdida con apoyos chilenos y rioplatenses, que conoce un punto de inflexión notable en 1818 con el fusilamiento de sus hermanos Juan José y Luis en Mendoza, capital de la jurisdicción cuyana, y de Manuel Rodríguez en Chile, para cuando las tropas patriotas habían coronado su éxito en Maipú, Carrera asiste a una metamorfosis política que lo transforma en el antihéroe de la epopeya guerrera al convertirse en líder de fuerzas irregulares en la jurisdicción de las Provincias Unidas del Río de la Plata, cuyas acciones políticas incluían desde la guerra de guerrillas hasta el asalto y el saqueo.

El final de José Miguel Carrera podía ser esperable en el contexto del éxito militar obtenido por sus antiguos adversarios en Chile y Lima, y de los gobiernos provinciales aliados que habían integrado la antigua unión, quienes coordinaron una estrategia común con el fin de exterminar su influencia. 

El 31 de agosto de 1821, después de perder una batalla con recursos exiguos en el tórrido paisaje del Norte mendocino, fue conducido ante los herederos del poder sanmartiniano en Mendoza, quienes dirigieron el juicio sumario que lo condenó a muerte por alentar la “anarquía” a uno y otro lado de los Andes. 

Al igual que sus hermanos, y en el mismo escenario, el chileno vestido con su uniforme de húsares pidió morir de pie y con los ojos descubiertos ante la muchedumbre reunida en la Plaza Mayor. Siete años más tarde, los restos de José Miguel y de sus hermanos fueron trasladados a Chile por una comitiva integrada por antiguos compañeros de ruta, con motivo de dedicarles un homenaje póstumo en la ciudad que los había visto partir en 1814. Con ese acto público, y en el seno de la convención constituyente, el sector pipiolo que reunía a algunos de sus partidarios no sólo pretendía saldar la deuda moral de la independencia, sino también ensayar ese ejercicio necesario de olvidos y recuerdos destinados a crear el mito fundacional de la nueva nacionalidad.

José Miguel Carrera dejó testimonio de sus pasiones libertarias en una profusa correspondencia epistolar, numerosos impresos, y un minucioso diario militar dedicado especialmente a registrar su ascenso al poder y las razones de su fracaso político en Chile durante la magra primavera de 1814. Esa suerte de ejercicio autobiográfico, escrito en la penumbra de la derrota, reúne centenares de páginas en las cuales el líder de fortuna trunca describió los pasos que siguió para conquistar la independencia chilena, y las desventuras padecidas a raíz de desinteligencias políticas y las luchas facciosas que, a su juicio, entorpecieron el camino de la emancipación y restauraron el pendón real en Chile hasta 1817.

Esa larga enumeración de aciertos y errores, que aparece encabezada por su foja de servicios y grados militares cosechados en España, altera sin embargo un orden cronológico básico: el primer acontecimiento registrado por el chileno data del 25 de mayo de 1810, cuando aún no había regresado a Santiago y permanecía en la Península enrolado en la guerra contra las tropas napoleónicas. El dato para José Miguel no podía pasar desapercibido de ningún modo a pesar de su ausencia: según las crónicas, en aquellos días de mayo del año diez, el todavía gobernador García Carrasco había detenido a tres notables chilenos por tener evidencias firmes de que estaba todo preparado para formar una junta “para seguir los pasos de Buenos Aires”. 

Sin duda se trata de una estrategia narrativa y política fascinante, por medio de la cual José Miguel se incluía de lleno en el proceso político disparado en 1810 y a través de la cual no sólo asociaba, sino que ponía en plano de igualdad los procesos insurgentes de ambos lados de los Andes, pretendía eludir el supuesto retraso de constitución de la primera junta de gobierno en Chile con relación a otros bastiones sudamericanos y justificaba decididamente la necesidad de acciones coordinadas, no de subordinación, en la conducción de la guerra contra los realistas. En otras palabras, la alteración realizada por José Miguel respondía concretamente a las coordenadas de un momento político que modificó de cuajo su posición relativa al interior de las élites revolucionarias, y la de todo un orden social y político destinado a languidecer en beneficio de la nueva legitimidad republicana. 

Carrera no  dudó en ubicar 1810 como punto de partida de un nuevo tiempo político y del sentido fundacional atribuido al acto soberano de instalación de la Primera Junta patriótica que desconoció la cadena de autoridad política hasta entonces aceptada como legítima. 

Esa convicción de estar viviendo un tiempo revolucionario, de “renegación política”, radicalmente distinto al de sus antepasados, no era independiente de otra convicción no menos importante. A los ojos de José Miguel Carrera, ese momento de ruptura, si reconocía la unidad de un proceso general que era americano, no podía eludir la especificidad de los experimentos revolucionarios y del lugar que se había reservado para sí mismo en la “guerra de la revolución chilena".


El Tribunal militar se reunió un 3 de septiembre, a las 11 de la mañana. Siete tenientes coroneles de milicias firmaron la sentencia de Carrera, Benavente y Felipe Álvarez después de escuchar la acusación del fiscal amparada en la rígida legislación militar inspirada en el antiguo derecho penal español que sumaba a la pena capital, la dispersión de sus miembros. La notoriedad de los crímenes cometidos relevaba cualquier tipo de prueba: ninguno de los defensores propuestos por los reclusos aceptó la defensa. Carrera entonces asumió la propia dando lugar a una larga argumentación que concluyó recordando:
su contienda no es con Chile y su nación, que su bandera es tricolor, no el sol de la Plata ni la cinta encarnada de la Federación”. 

El 4 de septiembre fue el día elegido para la ejecución; notificado de la decisión, José Miguel pidió hablar con el cura Peña (el confesor de su suegra que había permanecido en la ciudad) para comunicarle asuntos familiares, gracia que no le fue concedida. Entonces solicitó papel y tintero para despedirse de su esposa y anunciarle su trágico final desde el sótano de la cárcel de Mendoza. Sabía que iba a morir a las 11 de la mañana,  lamentando dejarla abandonada con cinco hijos, “en un país extraño, sin amigos, sin relaciones, sin recursos”. 

Una hora después se presentaron dos carceleros, el negro Lorenzo Barcala que dirigía un cuerpo de cívicos, y el alguacil Correa, quienes le anunciaron que su hora había llegado. Pidió entonces, terminar su carta bajo el compromiso de no ofrecer resistencia alguna, y allí escribió entre sus papeles de viaje: “En este momento muere José Miguel Carrera”.
A esta altura, la plaza y las bocacalles estaban repletas de gente mientras la hilera de infantería y los escuadrones vencedores de Punta del Médano formaban la retaguardia. 

El “populacho” furioso y exaltado se agolpaba en las calles y las familias principales contemplaban el espectáculo desde las azoteas de sus casas. Un confuso bullicio acompañó al séquito de ajusticiados cuando salieron de sus celdas engrillados: primero iba el cabo Monroy inmerso en pánico, le seguían el cordobés Felipe Álvarez; Carrera iba al final vestido con uniforme de húsar con la chaqueta verde que lo distinguía como caballero de la plebe y que lo había acompañado en Cañada de la Cruz, gorra de campaña, y su fino poncho blanco que le había obsequiado su hermana Javiera. Su vestuario era correlativo a la actitud “erguida y altiva” con la que se dirigía al patíbulo. De pronto, el grito de una mujer apostada en la galería superior de la cárcel se distinguió entre los insultos que lo tenían como principal destinatario:
“Ahí va el montonero… ¡Facineroso!… ¡Ladrón chileno!... ¡Asesino de Morón!”. 
A lo que el condenado respondió en voz alta: 
-¡Pueblo bárbaro! ¿Dónde se ha visto que las señoras se presenten de esta manera en tales espectáculos?

Un testigo apuntó en su correspondencia que cuando el cura Lamas lo invitó a empeñarse por su vida y pedir perdón por sus ofendas y pecados, Carrera había respondido que prefería “morir a vivir con ignominia y abatimiento”. El cura insistió en que muriera por los derechos de la religión, a lo que respondió en alta voz que moría por los “derechos de su patria”


Al igual que sus hermanos, pidió morir de pie y con los ojos descubiertos. Se quitó el poncho y lo entregó al cura Peña junto con su reloj para que llegara a manos de su único hijo varón nacido durante su travesía cordobesa, a quien no pudo conocer. Luego se sentó en el banquillo, se llevó la mano derecha al pecho, gritó “¡Muero por la libertad de América!” y pidió a los soldados que hicieran la descarga. ...dos balas dieron en su frente, y otras dos le llegaron al corazón.

El irlandés Yates dejó testimonio del procedimiento efectuado con su cadáver que emulaba los pasos de su antiguo amigo y  aliado entrerriano,
 Francisco Ramírez, Jefe Supremo de la República de Entre Ríos.

“Cortáronle la cabeza y el brazo derecho. 
El cuerpo lo entregaron a la suegra y fue enterrado junto a sus hermanos. 
...
La cabeza fue exhibida en el cabildo y el brazo colgado bajo el reloj del mismo edificio”.
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Dijiste libertad antes que nadie,
cuando el susurro iba de piedra en piedra
escondido en los paríos, humillado
Dijiste libertad antes que nadie.
Liberaste al hijo del esclavo.
Iban como la sombra mercaderes
vendiendo sangre de mares extraños.
Liberaste al hijo del esclavo.

Pablo Neruda, Episodio XXIV, del Canto General (1950)


El Mito
Tras su espantosa ejecución en Mendoza del 4 de septiembre de 1821, el cadáver del General José Miguel Carrera fue desmembrado. La cabeza se colgó en el Cabildo de Mendoza; el brazo derecho fue suspendido como advertencia en la Plaza de San Luis, y el izquierdo fue regalado como trofeo para el pueblo de San Juan. El resto de su cuerpo fue entregado al Claustro de la Caridad, donde se les dio sepultura en el mismo cementerio en que descasaban los hermanos Juan José y Luis Carrera.

Tras la macabra entretención con las partes del cuerpo, cuyanos partidarios de Carrera y algunos chilenos residentes en Mendoza se robaron su cabeza y la mandaron clandestinamente a Chile. Este cráneo habría llegado hasta El Paico, a la capilla de la hacienda de un amigo de la familia Carrera, donde se convirtió en un objeto de culto y resguardo para sus admiradores.

Doña Javiera Carrera se enteró del nuevo crimen estando ahora en Montevideo. Se negaba a regresar a Chile mientras gobernara O’Higgins y la Logia, a quienes responsabilizaba de todo lo sucedido. Una vez que aquél abdica en 1824, la heroína retorna a su patria, tras diez años ausente e inicia, las gestiones para recuperar los cuerpos de sus tres hermanos asesinados, desde su lugar en la hacienda en El Monte.

El 24 de marzo de 1828, por una iniciativa del diputado Manuel Magallanes Otero, se aprobó un decreto para repatriar los restos de los héroes. Cinco días después se creó una comisión especial para exhumar los cuerpos en Mendoza. Tras llegar a la ciudad el día 16 de abril de 1828, el sepulturero del Cementerio de la Caridad, llamado Tomasito, dijo conocer el lugar donde habían sido enterrados los cuerpos de Juan José y Luis Carrera. En cambio los restos de José Miguel, estaban revueltos con los de sus amigos también ejecutados en esa negra mañana. El mismo día de la inhumación, 19 de abril 1828, los restos fueron objeto de una ceremonia de expiación en la Iglesia de San Francisco.

Sin embargo, un cráneo que acompañaba también al cuerpo de don José Miguel fue recibido por doña Javiera cuando le llegaron los cuerpos exhumados. Este cráneo tenía una particular tapadura de oro, con un procedimiento casi desconocido en Chile en esos años y se presumió que se lo habría hecho el héroe en su paso por los Estados Unidos. Los comisionados también habían actuado con esta celeridad e impaciencia ante la urgencia de volver luego por la cordillera, antes de iniciadas las nevazones.

El 13 de junio de 1828, se recibieron los cuerpos de los Carrera en la desaparecida Iglesia de San Miguel Arcángel de la Compañía de Jesús, donde tuvieron lugar las exequias oficiales al día siguiente. La ceremonia tuvo una enorme concurrencia, que llenó las cuadras de todo el entorno del templo trágicamente quemado en 1863. 
Los hermanos fueron colocados bajo una estructura piramidal de cortinajes, donde se escribió lo siguiente:
"LA PATRIA A LOS CARRERA
AGRADECIDA DE SUS SERVICIOS
COMPADECIDA DE SUS DESGRACIAS"
Los cuerpos fueron sepultados en una fosa del Cementerio General, siendo trasladados luego hasta el sector aledaño a la capilla del camposanto. A los pocos años, se produjeron importantes remodelaciones del recinto que obligaron a cambiar de lugar sus reposos, a las dependencias de la Iglesia de la Recoleta Dominicana.
Posteriormente, los restos de los tres hermanos fueron sepultados en la cripta de la Catedral de Santiago, trasladados también como la tumba de don Diego Portales. Allí permanecen hasta hoy, aunque no se sabe con total exactitud el lugar preciso donde están los cuerpos en ese sector de la Catedral.
Al descanso de los hermanos Carrera varones, se le sumaría doña Javiera, en 1862. Entonces, se instaló una vistosa placa con la siguiente inscripción:


El 8 de junio de 1952, se inauguró en el mismo lugar del templo un gran altar de granito y mármol en memoria de los hermanos Carrera, en solemne ceremonia dirigida en la Catedral de Santiago. Pero el culto a la mentira y a la castración histórica intentó imponerse otra vez: por razones más bien políticas, esta pieza fue destruida en septiembre de 1987, por orden del deán encargado de la Conservación de la Iglesia.
El altar desmantelado, fue recuperado y actualmente está reconstruido e incompleto en el jardín del Instituto de Investigaciones Históricas General José Miguel Carrera, (Avda. Fco. Bilbao - Santiago de Chile)

Altar de la cripta de los Hermanos Carrera, antes de ser retirado y destruido
A pesar de la castración histórica, Chile intenta redescubrir, el valor de José Miguel Carrera y de sus hermanos. Esa camada de chilenos que dieron a Chile el impulso decisivo de la Independencia.

NUESTRO PRIMER PRESIDENTE
Don José Miguel Carrera
nos dio una constitución
con patria, escudo y bandera.
Con el laurel glorioso
sobre la frente
y a redimir la Patria
llegó valiente.
Llegó valiente, sí
fue su coraje
que terminó tres siglos
de coloniaje
Carrera fue el primero
y el verdadero.

sábado, 14 de agosto de 2010

MI TERRITORIO


A Partir del texto "Chile de Memoria" (Cristian Warken)
Música para un terremoto:
Nací mirando hacia el Estrecho de Magallanes. Mirar el mar en Chile, es mirar hacia el Poniente, al océano Pacifico, pero en la Patagonia mirarás al Oriente. Es muy distinto iluminar el alma con las luces del crepúsculo que hacerlo con los destellos del alba. Mis primeras risas imitan los torrentes invernales del Rio de Las Minas. Mi primera tierra era semilla austral de hielo y nieve al borde de un viaje con pronósticos de vientos entre el límpido argumento de las pampas y el velódromo celeste de las nubes.
Ningún nacido en esas tierras sabe lo que es la orfandad porque la frontera no es un campo de batalla, es maternidad inagotable, y a la redonda; territorio sin frontera. Las madres saben que en la ciudad de Punta Arenas no sobra ni una sola hoja y con la más blanca de sus leches alimentan el diamantado firmamento de las noches y la sábana nupcial en la silenciosa caída de la nieve. Lo testifica el viento en la rúbrica torcida de sus árboles y en el silbido agudo que se parte en los cables telegráficos por donde pasan despedidas y noticias de nacimientos y decesos, y pasa la vida irreversible.
Silba el viento entre la brizna y mis pisadas cantándome su nombre femenino; borrasca, ventisca, ráfaga y su nombre masculino como vendaval y temporal. Con el susurro frío de su pensamiento, delata todos los nombres de la nieve que cubren cada invierno a Punta Arenas.
Me gusta la nieve porque parece mármol de nuestro mausoleo pero es blanda como la espuma del chorro de la leche y se parece mucho al abrazo de mi abuela y a una virgen, no por blanca sino por blanda. El viento no deja cantar nuestras campanas, se ríe con acentos extranjeros y dilapida calendarios con hojas de futuros días y años posteriores. En cualquier patio del marcial colegio, los niños recogen esas hojas y saben cómo vendrán sus días. Ello explica por qué aquí nadie sabe de gitanos, y son analfabetos en la lectura de sus líneas y en las bolas de cristal. Cómo será que a nuestra próxima ciudad la llamamos PorVenir.
Conozco cada rincón de este territorio elevado sobre el mar de Chile. Chile es una cornisa, es un zigzag impredecible, art decó y nunca tierra firme. En esta ondulación se parece al mango de la guitarra Parra. Le anidan las pequeñas aves como el cóndor, el imposible fénix que en nuestra pupila sobrevuela los paisajes interiores y sus personajes lo imaginan descendiente de Hitler y Fidel, Alejandro Magno y Mussolinni, Lautaro y Tucapel, mayo del 68’ y el cantor Gardel, Pedro de Valdivia y primera piedra de la patria con la suprema Ley de Seguridad Interior del estado y nuestro presidente, pero más que nada, lo imagina aquella silenciosa que me besa intensamente el alma.
Está perforado el territorio. Como un queso este país está excavado, por gusanos nacionales que son nuestros camaradas detenidos, nosotros y las transnacionales. Nuestras tumbas fraternales son superficiales y vivimos el día de la víspera, cautelando los ingresos al Juicio Final y los egresos metabólicos del erario nacional y también de nuestros corazones maradentro del amor y del brutal placer genital de nuestras alas.
Nos reproducimos como uvas y amamos cual volcanes que son pupas, corazón de flechas y eludimos en cada primavera definir la absoluta flor que nos palpita porque no tenemos vocación de disección y lo que es peor; no somos fieles.
Ayer no más, una nube de naranjo en la alborada, sobre la nocturna cordillera nevada de Los Andes sorprendió a la luna improvisando su argumento menguante de estrellas. Se pasó la noche discutiendo con todos sus amantes. La sorprendía el sol cuando yo partía a mi trabajo disparado a la velocidad del largo viaje que permiten nuestros trenes. La semana fue nublada y no dejé de llorar en cada día, por lo cual se me nubló la vista de mi patria, de mi historia y mis amores. No quise a nadie en esos días. A todo les escupí sus estandartes con el desprecio infame de mi ausencia. Pero juro que fue por la tristeza de la mañana aquella en que sorprendieron a la luna cabalgando sus estrellas. Lo cual se explica porque los chilenos somos tenues; parecemos la palabra infiel, como lo es la oscuridad y la luz austral en un paisaje a medianoche.

Ahora estoy de pie sobre este paisaje al pie de la montaña, mirando el puro amanecer de la cordillera... de majestuosidad solemne. En sus poderosos macizos y farellones se inicia cada mañana el destello temprano de las nubes.  el trabajo para que el país progrese. Vivo entre sus pliegues - la precordillera - y dentro de mis pliegues de la memoria están todos mis muertos y sus muertos con más muertos, historias, epopeyas de los conquistadores o la travesía de los colonizadores, navegantes y pasajeros de frágiles naves, gente buena que fue primera piedra buscando mejores días en la pampa patagónica, las costas fragmentadas, los desiertos más secos del mundo y que florecen contra toda lógica al pie de los volcanes vociferantes.
Ellas - las flores - son mecidas como cunas por el viento amable del Valle Central de Chile en las dehesas apacibles y quebradas insondables pues cavernas de ríos subterráneos nos sostienen y lluvias nuevas nos empapan.
Y está el chile minúsculo de las familias con sus mitos y verdades que no se cuentan, las razas nativas, exóticas, de inmigrantes y criollos con sus odios resentidos, sus horrores perversos, vergonzoso...y su miseria naif . Todo esa insanidad que se procrea lujuriosamente en la loca geografia con sus desheredados tóxicos, autócratas de imbunches y cahuines, la matriz amable de su rigurosidad en las instituciones republicanas que sostenemos con valor precario. Mi   tierra... tembleque.

Desde aquí bajan los ríos en los que jugué primero en un Atlas del Instituto Geográfico Militar de mentiroso azul color - no vaya a ser que se nos corra una raya-  esos mismos que van a la mar - el mar,  hermafrodita que se extiende al horizonte infinito del océano de multicolores dorado tornasol hasta el azul negro y el olvido oscuro de nuestros muertos que alcanzan para los muertos de la Isla, la frontera y los muertos del tránsito...

Cada cierto tiempo ese mar territorial nos baña, sube por nuestras aldeas costeras, nos recorre como una manta de arena, de cazadores de cachalotes, de profesores universitarios, de publicistas maricones y machistas padres de la patria engendrados por vulvas de hembras imposibles que de macho en macho, nos da y quita lo que le place... silllas de playa, mesas del comedor diario, viviendas, recuerdos de fotografías y familias,  pero también nos broncea en el amor del verano y sonroja con sus crepúsculos cada día cuando susurramos;... te amo... palabras multiplicadas como la arena de sus playas de arena oscura...vida mía...

He subido a las alturas nevadas de la cordillera, hasta donde los nativos cumplían el rito de la muerte en ese aire tan tenue que apenas se logra respirar y el hielo parece que flotara.
Busqué en la selva impenetrable el sepulcro de mi bisabuela; Luisa Duve Grothe  al canto de un pájaro desconocido. Era su espíritu.
Fui al Valle de la Luna a la hora del crepúsculo y sobre la duna más alta, esperé que apareciera esa inmensa luna llena de palidez serena en la cordillera de la sal donde mi suegro hizo su historia minúscula como un anónima piedra del muro  que es al patria.
Sobre este territorio me creció experiencia de los planetas, diplomas, paternidad y estructura superficial sintáctica en la valorización espacial de un recorrido y  en la teoría tectónica global de bloques...eclipses en la Isla de Pascua... estrellas fugaces que cayeron en la nieve donde estaban mis deseos y trofeos, arrugas, uñas  y barba más insistente que el ciclo de las cuatro estaciones, sabiduría de muertos y vida estrepitosa en el universo de tus pensamientos mientras me lees. Y un ticket en el loro tiririllento de los organilleros.
Me multipliqué en todos mis amores, pero fueron océanos los espermatozoides muertos del Mar Muerto, planté los árboles que me pedían en el jardín del Edén; un palto, un ciruelo y una parra, escribí dolores y alegrías, también muchas mentiras. Me crucifiqué y me bauticé tres veces en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Maldije la cordillera, la costa señor, la paz y la guerra, lo franco y lo veleidoso...la nube pasajera, madres y esposas, partos, difuntos y asesinatos;... fue mucho el dolor, compadre, sin madre,  cuando la mancillaron esos traidores.
Pero fueron más intensas las luminosas... en la orquesta de cuerdas,  mi amor de sueño, mi voz de tenor, y el vino de José Miguel,  el claro del mediodía en los sótanos de las catedrales y los besos ardientes que son siempre primeros...en el calzón de colores y en el huerto sin fin.
Porque este fragmento de placa flotando sobre el magma hirviendo, es lo más nuevo sobre el planeta... lo más cercano a un primer amor...apenas capullo asomando como una flor de futuro esplendor... mi sueño.
Sobre esta misma flor me detuve solemne, con mi hijo frente al Estrecho de Magallanes para decirle que nací en la Patagonia, en la Austral Tierra del Fuego ...al fin del mundo y que a él también pertenece esa patria de todos los míos, incluyendo los témpanos, caiquenes y huanacos, los cóndores que vuelan el cabello de los sonidos de los vientos y le pertenecen por voluntad de sus antecesores. Quienes mirando la estela de las toninas, el témpano de Kanasaka, conquistaron para él, el futuro de los amables y victoriosos que vagan en las autopistas, en los motores, las pipas de vino, los volantines y abrazos, la dura escarcha y el vaho. ¡Saluda huevón!

Yo soy Rubén, a secas... pero también soy Julio Rubén; mi padre y mi madre Raquel Edith...también Miguel Cárcamo, del Maullín maderero antes del maremoto y Auristela Álvarez - Álvarez de los grandes y de los Gallo de la República Radical - Leopoldo Bourgade del Bourdeaux francés e Isidora Olivares de La Serena, del valle del Elqui de donde venía la inmensa Gabriela; mis abuelos todos ellos.
También volveré a ser de Punta Arenas, de Valparaíso y de Quilpué,  del club de la Unión, del Panteón de mis viajes a Europa...cuando a mis hijos los sacuda la tierra y sus miradas busquen alguna explicación en la selva, la cordillera, salares, geiser y los volcanes...mirarán a través de mis ojos... sí señor. el teclado de sus melodías y el vibrato de todas sus cuerdas del alma..

Mi tierra es nueva... geológicamente hablando... y nos pare con sus cataclismos frecuentes, nos maltrata pero nos da el cielo, su nieve, su lana y sus aguas o el vino por donde navegan los sueños del futuro,...... en ella tenemos el soporte para levantarnos siempre; así nos arrasen los temporales, nos hiele en las cumbre o nos sepulte bajo tierra, incluso bajo la tierra del fondo del mar, cantaremos nuestro himno mientras burbujea alguna nota de lava. Somos un cardúmen, manada y bandada invencible. NACIÓN.
No nos vence el océano...Nos remece la tierra para recordarnos que le pertenecemos...que estamos hecho de su mismo granito...somos energía telúrica para levantarnos... cada vez más templados, resueltos ...perpetuos hasta el fin de los tiempos.

Y sé que esta emoción primaria vale para cualquier lugar del mundo para todo contribuyente de su país... pese a mi amor desaforado a mi bandera, a mis héroes eternos y a mi corazón chileno. Bendita sea la tierra que amo. Bendita sea.



MI HISTORIA DE CHILE

(Reflexiones desde La Historia de Chile de Armando De Ramón)

Acabo de concluir la lectura de la Historia de Chile de Armando de Ramón, de ella recuerdo algunas cosas que me han llamado la atención, es una visión o lectura de la historia desde la constitución de las oligarquías. No deja de ser interesante.

La inquietud por leerla me nació a raíz de una expresión de un parlamentario de la UDI negándose a aceptar la postulación, no recuerdo por qué región, de la hija de ...(olvidé su nombre) Lavin,  como parlamentaria, acusándola de pertenecer a la oligarquía política. Y sí; en política campea la oligarquía.



Luego del retorno a la democracia con los variopintos partidos de “sensibilidades” distintas, hemos regresado luego de 20 años de democracia bipartidista, a una especie de viciosa oligarquía parlamentaria. Y como creo que la oligarquía actúa sobre una sociedad como modelo ético; hago mis reflexiones.

En un viejo libro de educación cívica de un señor Becerra decía: la soberanía reside en EL PUEBLO. Yo lo creí pero esto era un mito, una fantasía humorística, una falacia adictiva y visible, porque los partidos políticos se ven o son  una jauría sedienta de cuotas de poder y adicta al sistema binominal, entes corporativos o mafias de la política, lacras o cúpulas de funcionarios vociferantes que viven al margen de lo que piensa su escasa militancia (2%) y muy divorciados del chileno prisionero de las políticas macroeconómicas.

¿Cómo es posible que se impida - legalmente - a los dirigentes sindicales y de organizaciones sociales, optar a cargos de representación popular y eso no ocurra con los empresarios?

Es necesario distinguir entre dominación y hegemonía. " Mientras la dominación es un concepto que alude a la posición relativa de una clase o de un grupo en la esfera de las relaciones de producción,    la hegemonía es la capacidad de esa clase o grupo  para universalizar en la esfera de la cultura y en el ámbito de lo simbólico, sus intereses particulares ". Una cosa, recuerda Tomás Moulian, es ser clase dominante y otra, distinta, es ser clase dirigente.

Concluyo entonces que la falta de un proyecto político, explica que estamos sujetos a la clase dominante y no a la clase dirigente. Da exactamente lo mismo si se es de izquierda o de derecha.  También explica un discurso de terror atávico,  tanto a un lado como al otro y en cierto modo explica... que todos seríamos en algún sentido de derecha.

LA MODERNIZACIÓN:

ME ACOTA EL LIBRO, que la nueva sociedad chilena después de la conquista, aquella que sufre la hispanización o empoderamiento de la vida económica colonial y que da formación a la clase alta ligada a las consideraciones mercantilistas de América y a las promesas aparejadas por la acumulación del capital,    hizo alianza con las antiguas estirpes o encomenderos hispanos que se refugiaron en sus corregimientos rurales donde pudieron conservar sus vastas posesiones rurales.

A esa elite provinciana, este paso le significó resignarse a reproducir en pequeño el papel cada vez más totalitario, fundamentalista, autoritario y avasallador que se habían asignado a sí misma. Tan distinta de lo que acontecía en las ciudades de Santiago y Valparaíso… tal vez Concepción… donde comenzaba a crecer la nueva clase “burguesa”, que alineándose con la vieja estirpe se adornaba de mayorazgos y títulos de Castilla.

Ello indefectiblemente llevó a la formación de la “clase baja” que en ese momento sólo era un grupo racial heterogéneo sin unión ni estructura: los pobres, los criollos y  los indígenas. Santiago tenía 12.000 habitantes algo así como la mitad de población de El Belloto de hoy.

¿Qué es la derecha? ¿Es la elite? 
A la hora de caracterizar a la derecha, se recurre a:
- Elementos normativos; como la preferencia por la tradición.  Lo que es coincidente con el orden natural  del catolicismo conservador y que atribuye a la evolución social espontánea las  virtudes que ninguna forma de constructivismo lograría superar .
- O a elementos descriptivos; como el origen social de sus miembros .
- O a elementos autodefinitorios; como la idea de aristocracia castellano vasca en la cual se echa mano al origen de sus miembros, con bases en la Conquista y arraigada en la tierra, cuya evolución se confunde con la de la nación, hasta el extremo que sus miembros creen a veces confundir su historia familiar con la del país. Por lo general recurren a frases del tipo. El Chile que todos queremos.


De estos especímenes en que se confunde la historia familiar con la historia del país tengo este botón de muestra.
Don Gabriel Valdés Subercaseaux ha escrito una autobiografía de gran frescor y alucinante se llama SUEÑOS Y MEMORIAS...y es la historia del país visto desde la fronda ¡Quién lo diría! Lo recomiendo. Él está lleno de gente, y su libro fraterno, delicado, agradecido, trae recuerdos en el doble sentido de la memoria y el re-cordo, (traer de vuelta al corazón). Al final, conocemos mejor a sus autor, y lo queremos más.  A contraluz,  su libro es también un reflejo de los cambios en la cultura política chilena : de ese Chile severo, de raigambres vascas, enriquecido por el talante radical,  laico,  mesocrático, igualmente austero,  de cual es él, el  último baluarte, al Chile próspero pero por momentos cursi y relamido de sus yuppies.

A propósito; hasta hace unos días lo llamaban "El Príncipe", "El Conde", respetadísimo por su brillante carrera. El registro de un político serio, digno de imitar por las nuevas generaciones: fundador de la falange, de la Concertación, ministro, senador, embajador, miembro de la ONU, sólo le faltó ser presidente. Testigo de primera línea -  relata en su libro -  inéditos episodios políticos y sociales de Chile…Pero bastó una frase, un simple comentario de pasillo para que su trayectoria y respetabilidad se viniera al suelo y lo que es peor, la lluvia de críticas vino de parte sus correligionarios que lo habían elevado a ‘prócer’. “Creo que (Piñera) sería un buen presidente”, fue la frase fatal. Y eso que era tan sólo una frase de buena crianza.

Pero sigamos hablando de la derecha. La derecha sería ese grupo social que estructuró su dominación y su prestigio en torno a la hacienda y  más tarde,  extendió sus redes hacia los grupos ascendentes más dinámicos, los que acabarán formando parte suya.

Pareciera que la izquierda está fuera del relato de la modernozación del país y sólo está como un ruido de fondo con huelgas,  con tentativas populistas y los socialdemócratas dedicados al verbalismo huero. Pero digo:... son teorías de los historiadores.

¿Dónde, dónde, está el Gabriel Valdés de ahora?

LA OLIGARQUÍA:

El 26 de abril de 1882 Benjamín Vicuña Mackena publicó una lista de familias adineradas, (ya estaban desapareciendo las familias propiamente aristocráticas). Todas ellas eras familias no santiaguinas. Edward, Goyenechea, Cousiño, Brown, Matte, Urmeneta, Errazúriz, Puelma, Vicuña, Subercaseaux, Baburizza, Montes, Braun. Menendez. Este abigarrado grupo, en alianza estrecha con las elites santiaguinas marcaba el ritmo de la historia chilena mediante la posesión de los bancos Sud Americano, de Chile, Edwards, Grace, Crédito e Inversiones, Panamericano. Todos ellos conectados en una especie de supergrupo que controlaba, el 70,6% de los capitales nacionales organizados en sociedades anónimas. El 70,6%.

La oligarquia en Chile: http://www.execlub.net/?p=1768

Esto  produce efectos en todas las actividades del país, en especial en los medios de comunicación ejerciendo su influencia sobre la opinión pública para que piensen como ellos. Estoy hablando de 1882.

La oligarquía chilena no se basa en familias tradicionales atadas a relaciones de tipo dinástico. Los grupos tradicionales o aristocráticos sólo prestan sus apellidos como elemento decorativo, como un Montt Errázuriz, trabajando para un inmigrante. Se le paga y bien. De aquí que el milagro de la perpetuación de estos apellidos, sinónimos de alta alcurnia, arrastra su prestigio por salones, por las universidades, por los edificios inteligentes del Sanhattan oficiando de gerentes generales de cualquier cosa, pero no constituyen la esencia de la oligarquía. Podrían eliminarse de un plumazo. Son ropa adicional y lo saben. De allí que la verdadera oligarquía pueda sobrevivir disfrazada de “clase media alta".
Como un ejemplo podemos contar la historia del inicio de una dinastía:
A finales del siglo XVIII y a inicios del XIX, Chile dejaba atrás el período de la Colonia y en el año 1804, cuando un buque inglés pirata –el Blackhouse- recala en La Serena con el pirata inglés George Edwards Brown.  Durante su estancia en La Serena, Edwards se enamora de Isabel Ossandón Iribarren y decide dejar la piratería. Escondido en la casa de Isabel, George Edwards espera la retirada de su tripulación. Al irse ella, es capturado por los españoles y transportado hacia El Callao, quedando preso por dos años. Cuando salió de prisión en 1806, vuelve a La Serena para contraer matrimonio con Isabel Ossandón en ese mismo año. Se le nacionalizó chileno y luego comenzó a dedicarse a ciertas actividades mineras de la región dando inicio a la familia Edwards; hoy un apellido más que influyente en el quehacer del país.

LA CONSTITUCIÓN:

Se han dictado varias cartas fundamentales partiendo por la de don José Miguel Carrera, 1822, 1823, 1925, paradójicamente muchas de ellas se discutieron, aprobaron y promulgaron por un grupo de diputados y "ciudadanos de reconocida probidad e ilustración". O sea siempre, siempre, están hechas a la medida de alguna clase dominante o si quieren - dado que a alguien le puede sonar postizo esto de las clases - a disposición de algún grupo de poder y en su esencia sectaria.
Ustedes recuerdan por supuesto la constitución de 1980 y a estos dos sujetos. Esa que nos tiene metidos en un zapato chino o nudo gordiano.


Una visión que comparto es la de Mario Papi, ex senador Social Demócrata, quien considera que el problema de fondo es la profunda desconfianza que tenían aquellos que redactaron el texto, en la participación popular y en las posibilidades de que el pueblo se expresara”. La profunda insatisfacción de los ciudadanos respecto a su democracia tendría su origen en que “se ha caído en una democracia de mercado, donde se transan y negocian proyectos de ley y los votos para aprobar los mismos”. Nunca Mario Papic habría imaginado la consistencia de sus palabras si viera lo que está pasando en estos tiempos.

Peró cómo no desconfiar de la participación popular despues de lo que indica Luis Valentín Ferrada, abogado y ex diputado RN.El problema tiene que ver con la sicología social; Chile es un país con graves defectos morales en su constitución sicológica: un país poco sincero, de doble estándar permanente”

El mejor ejemplo de esto, a juicio de Ferrada, es el caso de los Derechos Humanos.Todos conocemos el drama del 73, pero nadie quiere decir que ese drama se inició cuando la política internacional de Chile el año 1942 se asoció con los Estados Unidos para conformar primero la Junta Interamericana de Defensa y luego celebrar el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) en septiembre de 1948, que doblegó a nuestras FF.AA y ser afin a las conductas imperialistas norteamericanas, de donde nacen los planes cóndores".

Por ello en la constitución de 1980, se adicionó a los tradicionales poderes legislativos, ejecutivo y judicial, un cuarto poder; las Fuerza Armadas. ¿Para qué crees que se inventó el Consejo de Seguridad Nacional? Las designaciones inamovibles ¿Para qué? La necesidad de los dos tercios para hacerle modificaciones ¿Para qué? Imposibilidad de un plesbicito modificatorio ¿Para qué? El Tribunal Constitucional ¿Qué es la democracia tutelada?

Necesitamos una nueva educación cívica, una nueva cultura nacional. Estamos convertidos hoy en una sociedad de mercaderes, en la cual la usura se convirtió en la regla de oro de las relaciones económicas.

Aún existe esa línea maquiavélica que vincula al régimen del terror con la democracia de mercado en un mismo vector. De su permanencia, son responsables los autores de la constitución del 80 y no menos responsables son los que acordaron, con la monserga del consenso, mantener al país en una transición inacabable y regida por el principio privatizador al modelo institucional de una democracia secuestrada por reglas políticas tan antidemocráticas como mantener un sistema electoral excluyente como el binominal.

LA REPÚBLICA.

La república posible, la alberdiana; culmina consagrando la contradicción entre desigualdad social e igualdad política. En la República votarán los de arriba; los educados y los ricos; no podrán ni deberán elegir los que son ignorantes o pobres. Yo bien quisiera que no votaran los  ignorantes y que aquí llamé ingenuos. El acto de representación prudente y sabio plantea un dilema: o se universaliza el arte del gobierno o se particulariza en un pequeño núcleo de privilegiados.
Este dilema explica que nuestras revoluciones siempre han sido de frondas. Balmaceda como Allende apelan al pueblo, al sentimiento de quienes usufructúan de lo democrático, pero aquello no existe y lo saben puesto que de la fronda proceden. Y también explica en parte aquella curiosidad de “la revolución burguesa”.











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Como dice Jocelyn-Holt la solución planteada por Balmaceda se encuadra en la lógica ya tradicional de enfrentar la modernidad sin cuestionar la hegemonía de la elite. Es un cambio desde arriba. Tal es también, el cambio que propone Allende aunque se disfrace de un gobierno del pueblo. Un cambio de beneficios indirectos, sociales de educación, empleo, crecimiento, etc. sin tocar a la élite.
Aquello era imposible, a menos que se trate de una oligarquía comunista como la china. La elite partidaria y "dirigente"  decidiendo por todos y para todos.

LA ARAUCANÍA:





Dejaría yo de ser chileno si no uniera mis esfuerzos a los de aquellos que procuran con tanta sensatez y patriotismo que Chile se constituya en poseedor de la más bella y fértil parte del territorio habitada por hordas salvajes que no tiene reparo alguno en cometer actos de barbarie y brutal violencia que por su impunidad, hacen ilusoria y nula la autoridad del gobierno. 
"...Los hombres no nacieron para vivir inútilmente y como los animales selváticos sin provecho del género humano; y una asociación de bárbaros tan bárbaros como los pampas o como los araucanos no es mas que una horda de fieras, que es urgente encadenar o destruir en el interés de la humanidad y en el bien de la civilización..."     El Mercurio, 24 de mayo de 1859.

¿Verdad que suena conocido este fraseo, a lo que se dice hoy; 2009? Pero como aquello es de 1859, faltan palabras nuevas, como terroristas, agentes extranjeros, comunistas o comuneros (que no es pero se parece) zurdos, pacifistas, fundamentalistas, ecologistas, activistas.

No estoy hablando de los Selknam´s cuyo destino SÍ fue lo propugnado por este diario,  si no de los mapuches.

Cornelio Saavedra, frente a un consejo de caciques.

El encargado de acometer la Pacificación de la Araucanía - un acto coercitivo militar - fue don Cornelio Saavedra, un apellido utilitario, calificado por Manuel Montt, como un hombre entendido, pundonoroso, sagaz y activo". Sin embargo justo es decir, que los mapuches tampoco se andaban con chicas. Buscaron alianzas con Argentina, con Antoine y atacaron en plena guerra del Pacífico, para recuperar sus tierras.
¿Y qué fue la Pacificación? El despojo del territorio y sus recursos, la desprotección institucional, la discriminación racial, la exclusión social, la negación de la cultura Mapuche, el colonialismo en toda su manifestación y la conculcación del derecho de la autodeterminación Mapuche.
¿Quién dice que Chile es uno? Por allí en algún viejo cuaderno colegial tengo escrita una frase de Encina La raza chilena es un crisol entre la raza española y el araucano". Que bodrio. Esto explica por qué cualquier otro indio de Chile le dice con desprecio a los mapuches; "indio" como si fuera menos que chileno. Pero no os preocupéis, los chilenos ya dicen "Así es Chile" o "En este país" como si estubieran al margen de la nacionalidad, como si quien habla NO fuera chileno, con tal de ser puro "crisol". Ojala rubio.
mapa del territorio mapucheLos mapuches se transformaron en consistente minoría étnica, mientras que ellos, también indios; desaparecieron como identidad. Hoy se les ve en los centros urbanos masivamente masticando en locales de comida rápida y aglutinándose en el Metro, criticando el pésimo servicio del transporte, la salud y la educación.

¿Y a qué se debe ESTO?

Al Sistema Educacional Chileno que ha impartido un conocimiento carente de rigurosidad e imparcialidad sobre la historia, la cultura y los derechos del Pueblo Mapuche. En este mismo sentido los historiadores han interpretado subjetivamente los hechos que han afectado al Pueblo Mapuche, tanto en el período colonial hispano como en el de la República de Chile, dando lugar a la doctrina de la negación del Pueblo Mapuche y a la exaltación de "lo extranjero".

Los mapuches, los irreductibles, los originarios que ocupaban la Patagonia Chileno - Argentina - territorio que fue actor de la Pacificación de la Araucanía y de la Conquista del Desierto - dicen:

"No nos hable de Federalismo, de Tradición, de Patriotismo, o Nacionalismo, pues con su boca espuria insulta y subvierte todos los valores. Todos los juicios emitidos se reducen a estereotipos inspirados por los intereses del grupo al que representan los historiadores. 
La gente sufre de una gran amnesia. Olvidan toda una historia. Los Mapuche no olvidamos. 
Comunidades en Argentina según historiógrafos argentinos . Nótese que no están los mapuches; para invisibilizarlos 
No olvidamos que miles de nuestras familias, aquellas que sobrevivieron a la masacre del asesino Roca con su plan de Conquista del Desierto como si allí no hubera nadie o José Joaquín Pérez con su Pacificación de la Araucanía, fueron destruidas, separadas las mujeres de sus esposos, las madres de sus hijos... 
Los hombres fueron enviados como peones gratis a la zafra tucumana y al quebrachal chaqueño, obligados a servir como tropa sin sueldo en el ejército y la policía o como esclavos en las estancias patagónicas.
Las mujeres fueron repartidas entre las familias "decentes" y se convirtieron en las famosas "chinitas sirvientas" , sin sueldo, vejadas y sin libertad. 
Otras mujeres, las más bravas, fueron vendidas para su humillación a los más sórdidos prostíbulos. 
Los niños fueron repartidos a influyentes familias o como mano de obra gratuita para las incipientes industrias. 
Los curas católicos hicieron bautismos masivos de indígenas mapuches gracias al auxilio de aquellos fusiles benditos por el hisopo de su Dios.
Se nos prohibió y se nos prohíbe, enseñar nuestro idioma en las escuelas; se prohíbe poner nombre indígena a nuestros niños. 
Los misioneros cristianos continúan con su acción criminal, amparada por el gobierno, empeñada en destruir nuestra religión nativa e imponer la suya propia. 
Se nos prohíbe tener escuelas donde enseñemos a nuestros hijos nuestra historia y nuestra cultura. 
En cambio nos imponen una "historia oficial" en la que jugamos el rol de "malos, salvajes y bárbaros", se nos rotula de vagos, haraganes y borrachos por no ser consumistas, por no desear el "éxito" comercial, por no acumular capital. 
Se nos impone una cultura importada, totalmente ajena a la realidad de estas tierras. 
Se nos niega por la fuerza el derecho a la tierra que hace miles de años habitamos y que es el único recurso de subsistencia que poseemos. 
Para culminar con este rosario de sufrimientos y humillaciones aparecen personajes que lisa y llanamente nos borran de la historia. Aquí no hay ninguna leyenda negra sino hechos perversos y aberrantes rigurosamente documentados, tan sólo hechos... "

¿Y? ¿Qué hacemos? Pensaron. Cambiarles el nombre. Eso. Le cambiaron el nombre al territorio; Frontera por Araucanía. Y como había que demostrar que “cambiando el nombre a las personas y a las cosas, éstas cambiarían, a los Mapuches les impusieron el nombre de “Araucanos” esperando que con esta última singularidad, “los indios Araucanos” por Decreto Supremo prescindirían del parentesco étnico con sus hermanos Mapuches Argentinos. Misma tesis adoptada al otro lado de la cordillera. Pero como allá también molestan,  hay historiologos argentinos informándonos que los mapuches son originarios de Chile e invasores de la Argentina o sea; son extranjeros.

El régimen de Domingo Santa María González (1881-1886), se enorgullecía de haber incorporado al haber nacional - de la oligarquía por supuesto - más de un millón y medio de hectáreas cultivadas y bosques patrimonio del Pueblo Mapuche. La colonización de “La Pacificada Araucanía”, se transformó en un buen negociado. Los remates o ventas fraudulentas de la tierra de sus legítimos dueños, continúa hasta nuestros días. Los Tribunales de Justicia, están destinados a asegurar la coherencia de la ideología dominante.
La dramática reducción del territorio mapuche en Chile.
Cuando se produjo en 1883 la "Pacificación de la Araucanía", miles de hectáreas de sus ancestros fueron arrebatadas por el Estado chileno y entregadas a los colonos blancos, con el beneplácito de la Iglesia Católica

".... la expropiación del 90 % del territorio mapuche; permite que la sociedad chilena no tenga ninguna duda acerca de la legitimidad de expropiar las tierras indígenas. Cinco millones de hectáreas entre el Malleco y Valdivia son rematadas y a los mapuches se los encierra en menos de quinientas mil".
Esta etnia, como otros grupos, vive enfrentando la discriminación por parte del resto de la población chilena sólo por su condición de indígenas, manteniendo un escaso desarrollo.
El artículo 26 de la Declaración de la ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas dice:

“ Los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma utilizado o adquirido”, en tanto “los Estados asegurarán el reconocimiento y protección jurídicos de esas tierras, territorios y recursos. 
Dicho reconocimiento respetará debidamente las costumbres, las tradiciones y los sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas de que se trate”. 
Y aún más claro: 
“Los pueblos indígenas tienen derecho a la reparación, por medios que puedan incluir la restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e informado”. 

A ese declaración se opone el Decreto 701 - decreto de la dictadura - cuyas consecuencias nocivas ha significado la destrucción de la Biodiversidad, la alteración de los ecosistemas, absorción de las napas subterráneas por la plantación del Pino Radiata y el Eucaliptus que ha modificado de un modo irreparable la aptitud del suelo, provocado sequías y la escasez de los recursos.

Entonces ¿Cómo no cambiar la Constitucion y reconocer que Chile es una multietnía?

Cuando el gobierno y el empresariado forestal insisten en el respeto al Estado de Derecho se refieren al statu quo que ha surgido tras la violencia, el robo, el atropello militarizado y el engaño judicial, tras la imposición de una forma cultural sobre otra. Ese es el derecho de propiedad que ha pasado a ser la legalidad. Si reconociéramos, entendiéramos esto, habremos dado el primer paso para concordar con la demanda mapuche.



LA BANCA, LA OLIGARQUÍA Y EL CONGRESO NACIONAL

Señores, se trata del honor nacional, sugiero que “los accionistas del banco” se abstuvieran de votar.

Hay siempre y la habrán, relaciones perversas, retorcidas, entre el Congreso Nacional y la banca, Los grandes capitalistas fueron en algún momento de sus vidas; parlamentarios y si no ellos, sus parientes, sus amigos o sus socios. ¿Adivinan por qué no se legisla sobre las Isapres, las AFP? ¿Saben a qué directorios se incorporan los ex - parlamentarios. Ya me lo recordarán otros menos notables y hoy presentes en las testeras del Congreso.
Nuestra oligarquía se destaca por lo que promueven sus medios de comunicación. Es el detalle de la vida diaria la que caracteriza a esta clase social, los temas de la vida corriente, su afición por escuchar rumores, escándalos, noticias de sensación y de bulto, comadrerías, enredos chismes y otras naderías. Los amores del presidente que se odia, la doble vida del parlamentario que se detesta, la ebriedad de la hija de la mandataria que se desprecia, las predilecciones sexuales de algún dirigente político. Veamos las páginas sociales de sus diarios y los menjunjes de esa ordinariez que con avidez entretiene a la masa y que se llama farándula. Ella no hace más que reflejar lo que gusta a nuestra oligarquía, los rumores de salón, clubes ahora llamados universidades, centros de negocios. Les invito a recorrer en las páginas de Vida Social, el archivo de los 60 de “Lucho Vera” y verán que nada nuevo hay bajo el sol.

Hay un libro de mi vida escolar que no olvido; "Los Trasplantados”, esos derrochadores de lo que producían sus inmensas haciendas cada vez peor trabajadas y explotadas, caldo de cultivo de inconformidades que apuntarían a la reforma agraria. Un Subercaseaux viajó a Paris con sus criados por seis meses y acabó quedándose 18 años con toda la suntuosidad que su humanidad demandaba. Sin embargo también, a este estilo de vida debemos obras maravillosas como el Parque Cousiño, el Parque de Lota, la Quinta Vergara, el Teatro Municipal, el Hipódromo o Club Hípico… puesto que para llevar a cabo los ritos de la clase alta, la elegancia y el buen gusto eran absolutamente indispensables. Nos goteó el buen gusto. Acotemos también que eso era posible porque en el estado no existía, lo que hoy paga el ciudadano más insignificante; impuestos. ¡Qué distinta sería mi opinión si esta clase hubiera demostrado rigor, disciplina, entrega en el quehacer por el bien de su país! Pero lo trataron como una hacienda para beneficio y solaz propio. Esta actitud indolente es la génesis de la corrupción. Al frente del país estaba la vida miserable de los conventillos, “aquella indescriptible cloaca” que no le importaba a la oligarquía.

HACER PATRIA.

Encandilado por los buenos salarios la pampa salitrera se llenó obreros en las salitreras. Esa muchedumbre contribuyó a la chilenización del norte, que hasta la Guerra del Pacífico había sido del Perú y Bolivia. Sin ellos la pampa salitrera no hubiera sido colonizada y es tanto o más importante como la gesta del ejército chileno. Cómo quisiera que los trabajadores de hoy hicieran honor a esas epopeyas con austeridad y sobriedad en lugar de gastar sus salarios en lujos superfluos imitando el derroche del que hicieron gala los pretéritos oligarcas. Por Dios como se imitan las malas costumbres.

No menor, es el proceso de sindicalización nacido al alero del salitre y el consecuente “disciplinamiento de la mano de obra”, que luego se expandió al resto del país.
El sector minero del salitre, era el más significativo del movimiento obrero en Chile, y sus condiciones de trabajo y de vida eran las más aberrantes entre los trabajadores. Con jornadas laborales de hasta 12 horas diarias, sin descanso dominical ni seguros de accidentes, viviendo en conventillos, durmiendo en “camas calientes” han pasado decenas de años y se han desarrollado técnicas de prevención y seguridad para los mineros pero en pleno 2010 aún persisten los "bototos calientes". Pero es más importante la chimuchina de la farándula o el desperdicio del cominillo del Premio Nacional de Literatura.

EL PARLAMENTARISMO.

 Hasta 1874 votaban los mayores de 25 años y con renta. Y podía postular aquel que contaran con el beneplácito del ejecutivo. ¿De dónde nos viene ese verso de la “larga tradición democrática? En 1884 se negó explícitamente el derecho a voto a las mujeres. ¡Cómo iban a dejar de cumplir las “labores propias de su sexo”! ¡Para qué implementar la enseñanza primaria obligatoria! Reaccionarios en su lenguaje y actuación.
En pleno 1880 votaba el 5,1 % de la población.

La revolución de 1891 corrigió esta situación pero para beneficiar a los grupos oligárquicos y promover el cohecho controlado por los caciques locales para elegir al designado. A ello súmele que más del 70% de la población era analfabeta. El tema del caciquismo sigue plenamente vigente en comunidades apartadas. Aún logro develarla de mis recuerdos en pleno 1980 en Linares, La Unión, incluso en ciudades como Viña del Mar. Las características de metrópolis de la Capital Santiago de Chile permiten profundizar la democratización ¿Quien dijo que Santiago es Chile? Quien lo haya dicho tiene toda la razón por lo menos es parte de un Chile al que aspiro. No me gustan las instituciones provincianas porque me recuerda ese Chile de los Caciques que no desaparece y del que tan bien usufructuó nuestra dictadura militar, para controlar esas comunidades. Lo de Linares es patético ¿No está por allí la Colonia Dignidad? Hasta hoy percibo que en esa comunidades los electores continuan en calidad de feudatarios políticos de su patrón,el cura o el potentado del cual son clientes.
El parlamentarismo que devino de la revolución de 1891 es responsablede la crisis moral, del predominio de la clase media, de la pérdida de la austeridad, del fracaso de la  libertad electoral, y de la falta de autonomía de los partidos.

El triunfo del León de Tarapacá promovió el fin del parlamentarismo, la rotativa presidencial, las reformas sociales, Pero la vieja oligarquía movió todos sus recursos para impedirlo y ello explica esos ruidos del desprecio por los advenedizos vencidos en las luchas de la vida, “sin lastre histórico ni aptitudes hereditarias”. Rotos. “Agitadores pagados por el Perú”, “Inspirados en ideologías extranjeras”, ”impulsores del odio de clases”





LA CLASE MEDIA

LA CLASE MEDIA rebelde y con justa visión sólo veía la dominación de una oligarquía incapaz, desnacionalizada, sin moralidad ni patriotismo. Grave juicio en verdad. ¿Pero alguien puede creer que el capital tiene patria y moral? Por ello; aquella frase, “el mercado regula” y creer que es ley divina o similar a la evolución de las especies, tiene implícita un profundo desprecio por la dignidad humana y no advertirlo, es tan obsceno, que repugna las conciencias.


También esta clase carga con la culpa por lo que es y no es el país. A la oligarquía no le importa, “porque se cuida sola” y los pobres sólo quieren subsidios.

Ello explica las intervenciones militares progresistas para acelerar la modificación de las instituciones. Ello explica el enriquecimiento agresivo sobre y contra los débiles. Tremenda gracia aquella frase de ser agresivo en la competencia si se hace contra el indefenso

Volviendo a lo que estábamos, en 1930 aparecieron dos factores relevantes, el primero; la intervención del capitalismo norteamericano con su presencia en el país y el segundo; la rearticulación de las instituciones de la oligarquía como por ejemplo la Confederación de la Producción y del Comercio… las Sociedades NACIONALES; de Agricultura, de Minería, de Fomento Fabril.,

Pero también apareció la izquierda, que nacieron al margen de la actividad política de las elites parlamentarias, de los clubes, de los círculos. Pero no les llevó mucho tiempo adoptar las malas costumbres y el estilo de los viejos partidos políticos. Lo curioso es que así como entre los partidos de derecha ligados fuertemente a las organizaciones patronales, los partidos de izquierda se ligaron a las organizaciones obreras. Y al medio…la clase media sin representación efectiva, sin conciencia de clase, sin unidad programática y dependientes de sus redes de relaciones personales y dispersa en organizaciones como la acción católica, la masonería, las organizaciones estudiantiles o las fuerzas armadas.

La clase media nunca ha podido transformarse en burguesía porque tiene sus comandos fuera del sistema de producción y su ubicación está en los servicios, profesionales, comerciantes o empleo público como las fuerzas armadas. Pero, cómo le gusta imitar vergonzosamente, a la oligarquía, en el boato y en el cinismo.
A lo que más aspira es a huir del término siútico. ¿Qué diablo es ser siútico? Según Edwards Bello, la siutiquería es una enfermedad que se pasa con dos generaciones: el que antes era siútico, se convierte en un caballero e –incluso tiene calles con su nombre-. El colmo de los siúticos lo constituye la “casta” militar.

Los siúticos triunfaron con Pinochet: fue la dictadura o tiranía absoluta de la siutiquería. Cuenta uno de los testigos que los Matte no entraron al Diego Portales hasta que no llegaron los Chicago Boys, verdaderos caballeros de la Universidad Católica.  Jorge Edwards sostiene que el régimen de Pinochet tiene mucho de revancha, pues los milicos odiaban a los pijes de izquierda.

EL ESTADO EMPRESARIO

EL ESTADO EMPRESARIO es lo que desarrolló el corto gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Este es, a mi juicio, el más revolucionario de los gobiernos chilenos, Don Tinto, como lo apodaba la oligarquía, cómo no, creó la CORFO que accionaría sobre:
El desarrollo de la Energía y los combustibles con un plan de mejora hidroeléctrico, petrolíferos y carboníferos (ENDESA, ENAP, ENACAR, Empresa de Servicios Sanitarios)
El desarrollo de industrias para eliminar las importaciones, como el acero (CAP)
El desarrollo de la minería (ENAMI)
El desarrollo de la agricultura y la pesca. Que años más tarde llevaría a la INDAP, IANSA EMPRESA PESQUERA DE TARAPACA, PUERTO PESQUERO DE IQUIQUE.
El desarrollo relacionado con la comercialización, servicios y transportes (LAN, EFE, ETC)