Albert Camus:“Fue asombroso que muchos hombres que entraron en la resistencia no fueran patriotas de profesión.
Pero el patriotismo, en primer lugar, no es una profesión.
Es una manera de amar a la patria que consiste en no quererla injusta... y en decírselo”.

sábado, 14 de agosto de 2010

LA ARAUCANÍA:





Dejaría yo de ser chileno si no uniera mis esfuerzos a los de aquellos que procuran con tanta sensatez y patriotismo que Chile se constituya en poseedor de la más bella y fértil parte del territorio habitada por hordas salvajes que no tiene reparo alguno en cometer actos de barbarie y brutal violencia que por su impunidad, hacen ilusoria y nula la autoridad del gobierno. 
"...Los hombres no nacieron para vivir inútilmente y como los animales selváticos sin provecho del género humano; y una asociación de bárbaros tan bárbaros como los pampas o como los araucanos no es mas que una horda de fieras, que es urgente encadenar o destruir en el interés de la humanidad y en el bien de la civilización..."     El Mercurio, 24 de mayo de 1859.

¿Verdad que suena conocido este fraseo, a lo que se dice hoy; 2009? Pero como aquello es de 1859, faltan palabras nuevas, como terroristas, agentes extranjeros, comunistas o comuneros (que no es pero se parece) zurdos, pacifistas, fundamentalistas, ecologistas, activistas.

No estoy hablando de los Selknam´s cuyo destino SÍ fue lo propugnado por este diario,  si no de los mapuches.

Cornelio Saavedra, frente a un consejo de caciques.

El encargado de acometer la Pacificación de la Araucanía - un acto coercitivo militar - fue don Cornelio Saavedra, un apellido utilitario, calificado por Manuel Montt, como un hombre entendido, pundonoroso, sagaz y activo". Sin embargo justo es decir, que los mapuches tampoco se andaban con chicas. Buscaron alianzas con Argentina, con Antoine y atacaron en plena guerra del Pacífico, para recuperar sus tierras.
¿Y qué fue la Pacificación? El despojo del territorio y sus recursos, la desprotección institucional, la discriminación racial, la exclusión social, la negación de la cultura Mapuche, el colonialismo en toda su manifestación y la conculcación del derecho de la autodeterminación Mapuche.
¿Quién dice que Chile es uno? Por allí en algún viejo cuaderno colegial tengo escrita una frase de Encina La raza chilena es un crisol entre la raza española y el araucano". Que bodrio. Esto explica por qué cualquier otro indio de Chile le dice con desprecio a los mapuches; "indio" como si fuera menos que chileno. Pero no os preocupéis, los chilenos ya dicen "Así es Chile" o "En este país" como si estubieran al margen de la nacionalidad, como si quien habla NO fuera chileno, con tal de ser puro "crisol". Ojala rubio.
mapa del territorio mapucheLos mapuches se transformaron en consistente minoría étnica, mientras que ellos, también indios; desaparecieron como identidad. Hoy se les ve en los centros urbanos masivamente masticando en locales de comida rápida y aglutinándose en el Metro, criticando el pésimo servicio del transporte, la salud y la educación.

¿Y a qué se debe ESTO?

Al Sistema Educacional Chileno que ha impartido un conocimiento carente de rigurosidad e imparcialidad sobre la historia, la cultura y los derechos del Pueblo Mapuche. En este mismo sentido los historiadores han interpretado subjetivamente los hechos que han afectado al Pueblo Mapuche, tanto en el período colonial hispano como en el de la República de Chile, dando lugar a la doctrina de la negación del Pueblo Mapuche y a la exaltación de "lo extranjero".

Los mapuches, los irreductibles, los originarios que ocupaban la Patagonia Chileno - Argentina - territorio que fue actor de la Pacificación de la Araucanía y de la Conquista del Desierto - dicen:

"No nos hable de Federalismo, de Tradición, de Patriotismo, o Nacionalismo, pues con su boca espuria insulta y subvierte todos los valores. Todos los juicios emitidos se reducen a estereotipos inspirados por los intereses del grupo al que representan los historiadores. 
La gente sufre de una gran amnesia. Olvidan toda una historia. Los Mapuche no olvidamos. 
Comunidades en Argentina según historiógrafos argentinos . Nótese que no están los mapuches; para invisibilizarlos 
No olvidamos que miles de nuestras familias, aquellas que sobrevivieron a la masacre del asesino Roca con su plan de Conquista del Desierto como si allí no hubera nadie o José Joaquín Pérez con su Pacificación de la Araucanía, fueron destruidas, separadas las mujeres de sus esposos, las madres de sus hijos... 
Los hombres fueron enviados como peones gratis a la zafra tucumana y al quebrachal chaqueño, obligados a servir como tropa sin sueldo en el ejército y la policía o como esclavos en las estancias patagónicas.
Las mujeres fueron repartidas entre las familias "decentes" y se convirtieron en las famosas "chinitas sirvientas" , sin sueldo, vejadas y sin libertad. 
Otras mujeres, las más bravas, fueron vendidas para su humillación a los más sórdidos prostíbulos. 
Los niños fueron repartidos a influyentes familias o como mano de obra gratuita para las incipientes industrias. 
Los curas católicos hicieron bautismos masivos de indígenas mapuches gracias al auxilio de aquellos fusiles benditos por el hisopo de su Dios.
Se nos prohibió y se nos prohíbe, enseñar nuestro idioma en las escuelas; se prohíbe poner nombre indígena a nuestros niños. 
Los misioneros cristianos continúan con su acción criminal, amparada por el gobierno, empeñada en destruir nuestra religión nativa e imponer la suya propia. 
Se nos prohíbe tener escuelas donde enseñemos a nuestros hijos nuestra historia y nuestra cultura. 
En cambio nos imponen una "historia oficial" en la que jugamos el rol de "malos, salvajes y bárbaros", se nos rotula de vagos, haraganes y borrachos por no ser consumistas, por no desear el "éxito" comercial, por no acumular capital. 
Se nos impone una cultura importada, totalmente ajena a la realidad de estas tierras. 
Se nos niega por la fuerza el derecho a la tierra que hace miles de años habitamos y que es el único recurso de subsistencia que poseemos. 
Para culminar con este rosario de sufrimientos y humillaciones aparecen personajes que lisa y llanamente nos borran de la historia. Aquí no hay ninguna leyenda negra sino hechos perversos y aberrantes rigurosamente documentados, tan sólo hechos... "

¿Y? ¿Qué hacemos? Pensaron. Cambiarles el nombre. Eso. Le cambiaron el nombre al territorio; Frontera por Araucanía. Y como había que demostrar que “cambiando el nombre a las personas y a las cosas, éstas cambiarían, a los Mapuches les impusieron el nombre de “Araucanos” esperando que con esta última singularidad, “los indios Araucanos” por Decreto Supremo prescindirían del parentesco étnico con sus hermanos Mapuches Argentinos. Misma tesis adoptada al otro lado de la cordillera. Pero como allá también molestan,  hay historiologos argentinos informándonos que los mapuches son originarios de Chile e invasores de la Argentina o sea; son extranjeros.

El régimen de Domingo Santa María González (1881-1886), se enorgullecía de haber incorporado al haber nacional - de la oligarquía por supuesto - más de un millón y medio de hectáreas cultivadas y bosques patrimonio del Pueblo Mapuche. La colonización de “La Pacificada Araucanía”, se transformó en un buen negociado. Los remates o ventas fraudulentas de la tierra de sus legítimos dueños, continúa hasta nuestros días. Los Tribunales de Justicia, están destinados a asegurar la coherencia de la ideología dominante.
La dramática reducción del territorio mapuche en Chile.
Cuando se produjo en 1883 la "Pacificación de la Araucanía", miles de hectáreas de sus ancestros fueron arrebatadas por el Estado chileno y entregadas a los colonos blancos, con el beneplácito de la Iglesia Católica

".... la expropiación del 90 % del territorio mapuche; permite que la sociedad chilena no tenga ninguna duda acerca de la legitimidad de expropiar las tierras indígenas. Cinco millones de hectáreas entre el Malleco y Valdivia son rematadas y a los mapuches se los encierra en menos de quinientas mil".
Esta etnia, como otros grupos, vive enfrentando la discriminación por parte del resto de la población chilena sólo por su condición de indígenas, manteniendo un escaso desarrollo.
El artículo 26 de la Declaración de la ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas dice:

“ Los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma utilizado o adquirido”, en tanto “los Estados asegurarán el reconocimiento y protección jurídicos de esas tierras, territorios y recursos. 
Dicho reconocimiento respetará debidamente las costumbres, las tradiciones y los sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas de que se trate”. 
Y aún más claro: 
“Los pueblos indígenas tienen derecho a la reparación, por medios que puedan incluir la restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e informado”. 

A ese declaración se opone el Decreto 701 - decreto de la dictadura - cuyas consecuencias nocivas ha significado la destrucción de la Biodiversidad, la alteración de los ecosistemas, absorción de las napas subterráneas por la plantación del Pino Radiata y el Eucaliptus que ha modificado de un modo irreparable la aptitud del suelo, provocado sequías y la escasez de los recursos.

Entonces ¿Cómo no cambiar la Constitucion y reconocer que Chile es una multietnía?

Cuando el gobierno y el empresariado forestal insisten en el respeto al Estado de Derecho se refieren al statu quo que ha surgido tras la violencia, el robo, el atropello militarizado y el engaño judicial, tras la imposición de una forma cultural sobre otra. Ese es el derecho de propiedad que ha pasado a ser la legalidad. Si reconociéramos, entendiéramos esto, habremos dado el primer paso para concordar con la demanda mapuche.



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