Albert Camus:“Fue asombroso que muchos hombres que entraron en la resistencia no fueran patriotas de profesión.
Pero el patriotismo, en primer lugar, no es una profesión.
Es una manera de amar a la patria que consiste en no quererla injusta... y en decírselo”.

sábado, 14 de agosto de 2010

LA MODERNIZACIÓN:

ME ACOTA EL LIBRO, que la nueva sociedad chilena después de la conquista, aquella que sufre la hispanización o empoderamiento de la vida económica colonial y que da formación a la clase alta ligada a las consideraciones mercantilistas de América y a las promesas aparejadas por la acumulación del capital,    hizo alianza con las antiguas estirpes o encomenderos hispanos que se refugiaron en sus corregimientos rurales donde pudieron conservar sus vastas posesiones rurales.

A esa elite provinciana, este paso le significó resignarse a reproducir en pequeño el papel cada vez más totalitario, fundamentalista, autoritario y avasallador que se habían asignado a sí misma. Tan distinta de lo que acontecía en las ciudades de Santiago y Valparaíso… tal vez Concepción… donde comenzaba a crecer la nueva clase “burguesa”, que alineándose con la vieja estirpe se adornaba de mayorazgos y títulos de Castilla.

Ello indefectiblemente llevó a la formación de la “clase baja” que en ese momento sólo era un grupo racial heterogéneo sin unión ni estructura: los pobres, los criollos y  los indígenas. Santiago tenía 12.000 habitantes algo así como la mitad de población de El Belloto de hoy.

¿Qué es la derecha? ¿Es la elite? 
A la hora de caracterizar a la derecha, se recurre a:
- Elementos normativos; como la preferencia por la tradición.  Lo que es coincidente con el orden natural  del catolicismo conservador y que atribuye a la evolución social espontánea las  virtudes que ninguna forma de constructivismo lograría superar .
- O a elementos descriptivos; como el origen social de sus miembros .
- O a elementos autodefinitorios; como la idea de aristocracia castellano vasca en la cual se echa mano al origen de sus miembros, con bases en la Conquista y arraigada en la tierra, cuya evolución se confunde con la de la nación, hasta el extremo que sus miembros creen a veces confundir su historia familiar con la del país. Por lo general recurren a frases del tipo. El Chile que todos queremos.


De estos especímenes en que se confunde la historia familiar con la historia del país tengo este botón de muestra.
Don Gabriel Valdés Subercaseaux ha escrito una autobiografía de gran frescor y alucinante se llama SUEÑOS Y MEMORIAS...y es la historia del país visto desde la fronda ¡Quién lo diría! Lo recomiendo. Él está lleno de gente, y su libro fraterno, delicado, agradecido, trae recuerdos en el doble sentido de la memoria y el re-cordo, (traer de vuelta al corazón). Al final, conocemos mejor a sus autor, y lo queremos más.  A contraluz,  su libro es también un reflejo de los cambios en la cultura política chilena : de ese Chile severo, de raigambres vascas, enriquecido por el talante radical,  laico,  mesocrático, igualmente austero,  de cual es él, el  último baluarte, al Chile próspero pero por momentos cursi y relamido de sus yuppies.

A propósito; hasta hace unos días lo llamaban "El Príncipe", "El Conde", respetadísimo por su brillante carrera. El registro de un político serio, digno de imitar por las nuevas generaciones: fundador de la falange, de la Concertación, ministro, senador, embajador, miembro de la ONU, sólo le faltó ser presidente. Testigo de primera línea -  relata en su libro -  inéditos episodios políticos y sociales de Chile…Pero bastó una frase, un simple comentario de pasillo para que su trayectoria y respetabilidad se viniera al suelo y lo que es peor, la lluvia de críticas vino de parte sus correligionarios que lo habían elevado a ‘prócer’. “Creo que (Piñera) sería un buen presidente”, fue la frase fatal. Y eso que era tan sólo una frase de buena crianza.

Pero sigamos hablando de la derecha. La derecha sería ese grupo social que estructuró su dominación y su prestigio en torno a la hacienda y  más tarde,  extendió sus redes hacia los grupos ascendentes más dinámicos, los que acabarán formando parte suya.

Pareciera que la izquierda está fuera del relato de la modernozación del país y sólo está como un ruido de fondo con huelgas,  con tentativas populistas y los socialdemócratas dedicados al verbalismo huero. Pero digo:... son teorías de los historiadores.

¿Dónde, dónde, está el Gabriel Valdés de ahora?

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