Albert Camus:“Fue asombroso que muchos hombres que entraron en la resistencia no fueran patriotas de profesión.
Pero el patriotismo, en primer lugar, no es una profesión.
Es una manera de amar a la patria que consiste en no quererla injusta... y en decírselo”.

sábado, 14 de agosto de 2010

LA BANCA, LA OLIGARQUÍA Y EL CONGRESO NACIONAL

Señores, se trata del honor nacional, sugiero que “los accionistas del banco” se abstuvieran de votar.

Hay siempre y la habrán, relaciones perversas, retorcidas, entre el Congreso Nacional y la banca, Los grandes capitalistas fueron en algún momento de sus vidas; parlamentarios y si no ellos, sus parientes, sus amigos o sus socios. ¿Adivinan por qué no se legisla sobre las Isapres, las AFP? ¿Saben a qué directorios se incorporan los ex - parlamentarios. Ya me lo recordarán otros menos notables y hoy presentes en las testeras del Congreso.
Nuestra oligarquía se destaca por lo que promueven sus medios de comunicación. Es el detalle de la vida diaria la que caracteriza a esta clase social, los temas de la vida corriente, su afición por escuchar rumores, escándalos, noticias de sensación y de bulto, comadrerías, enredos chismes y otras naderías. Los amores del presidente que se odia, la doble vida del parlamentario que se detesta, la ebriedad de la hija de la mandataria que se desprecia, las predilecciones sexuales de algún dirigente político. Veamos las páginas sociales de sus diarios y los menjunjes de esa ordinariez que con avidez entretiene a la masa y que se llama farándula. Ella no hace más que reflejar lo que gusta a nuestra oligarquía, los rumores de salón, clubes ahora llamados universidades, centros de negocios. Les invito a recorrer en las páginas de Vida Social, el archivo de los 60 de “Lucho Vera” y verán que nada nuevo hay bajo el sol.

Hay un libro de mi vida escolar que no olvido; "Los Trasplantados”, esos derrochadores de lo que producían sus inmensas haciendas cada vez peor trabajadas y explotadas, caldo de cultivo de inconformidades que apuntarían a la reforma agraria. Un Subercaseaux viajó a Paris con sus criados por seis meses y acabó quedándose 18 años con toda la suntuosidad que su humanidad demandaba. Sin embargo también, a este estilo de vida debemos obras maravillosas como el Parque Cousiño, el Parque de Lota, la Quinta Vergara, el Teatro Municipal, el Hipódromo o Club Hípico… puesto que para llevar a cabo los ritos de la clase alta, la elegancia y el buen gusto eran absolutamente indispensables. Nos goteó el buen gusto. Acotemos también que eso era posible porque en el estado no existía, lo que hoy paga el ciudadano más insignificante; impuestos. ¡Qué distinta sería mi opinión si esta clase hubiera demostrado rigor, disciplina, entrega en el quehacer por el bien de su país! Pero lo trataron como una hacienda para beneficio y solaz propio. Esta actitud indolente es la génesis de la corrupción. Al frente del país estaba la vida miserable de los conventillos, “aquella indescriptible cloaca” que no le importaba a la oligarquía.

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